The Acid Queen- Crítica Destructiva, Estética Gay I

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Empezaré la sección de crítica destructiva poniendo la verborrea más corrosiva sobre los distintos especímenes de seres que habitan el universo gay, y al que adornan, si es que el calificativo adornar se les puede aplicar, nuestro colorista universo.

Hace unos años se puso de moda el que todo cuanto gay que se precie tenía que estar hipermegasuper musculado, como si fuera el machomen elegido para la portada de una revista cutre de esas mensuales que todos comprábamos en el quiosco y metíamos entre las páginas de un sesudo periódico para que nadie nos la viera.

En ese momento nació para éste nuestro distinto universo, la irrepetible figura de la musculoca, especímen que a lo largo de los años ha ido evolucionando. Al principio, había que dar la imagen de cachas de gym, por el que todo el que se cruzara por la calle  perdiese los pantalones, al cabo de un tiempo, esa imagen un tanto ruda, bruta, sin pulir, dió paso a la reconversión del machomen, no era estético, o nos hicieron ver, que un cuerpo tan bien torneado, hecho como a cincel por las manos de un experto escultor, estuviera cubierto de pelos, y por supuesto, nada de estar blanco como la leche…….

La musculoca empezaba a gestarse, de pronto, aparecieron los colores lámpara rayos uva a invadirlo todo, las ceras calientes, las cremas depilatorias y demás métodos de poda hicieron furor, pobre del que se le ocurriera ir al gym sin depilar y sin pasar por la lamparita……

Las mega dietas proteínicas, pollo, arroz, clembuterol, si, eso que le inyectan a las vacas para que retengan agua y pesen más, pastillas de todo tipo y demás drogas de diseño, para ser el hércules sudoroso mas adorado de la zona. La musculoca estaba en pleno reinado.

Había que ir a la disco y al mínimo indicio de calor sacárse la camiseta y mover los pectorales al ritmo, house, tecno, o bacala, si se flexionan los bíceps al mismo tiempo y se comprime el abdomen, está el espectáculo garantizado.

La última evoluvión de esta especie, que a pesar del cambio de las modas, sigue sobreviviendo en el tiempo, gracias sobre todo al toque hedonista de todo cuanto gay existe, ha sido lo que yo denomino «La marica envasada al vacío«, si, así como os lo cuento, y no me vais adecir ahora que no es real y que el apodo no le va como anillo al dedo. Pero vamos a ver, si hasta en algunas de esas tiendas «Superguays» en las que se ha puesto de moda comprar, venden camisetas que resaltan los pectorales (a la ropa interior dedicaré otro capítulo).

Pero nenes, ¿quiénes son vuestros amigos?, ¿no os ha dicho nadie que eso de crecer dentro de la camiseta no queda bien?, ¿qué eso de comprarse la ropa cuatro tallas menos es de horteras?, que vais haciendo el ridi, no os dais cuenta que si salís a la calle de esa guisa, cenáis un poco más que los 50 g. de arroz y la media pechuga de pollo y la lorza saliente está que revienta dentro de esa segunda piel?

Para que tendrán algunos los espejos.