El Partido Popular ha criticado la homofobia que sufren los gays en Cuba. Alberto Fernández Díaz, presidente del Grupo Municipal Popular en Barcelona, ha declarado: «si hemos de defender la libertad sexual, lo que hay que promover es la ruptura de los hermanamientos de Barcelona con países que persiguen a los gays, como Cuba». ¡Qué poco le gustan los comunistas a Alberto!
Esto, que en principio es una conducta propia de políticos democráticos, no es más que otro despliegue de hipocresía del PP. Fernández Díaz, intentando aparentar ser el defensor de los derechos gays, es en realidad uno de los dispuestos a derogar la Ley de Matrimonio Homosexual. Su partido interpuso un recurso de inconstitucionalidad contra la “Ley sobre el Matrimonio Homosexual” en 2005, hasta 2012 no sabremos si es constitucional o no que nos casemos, gracias al PP.
Además, este “adalid” de nuestros derechos luchó hace poco hasta conseguir que el monumento dedicado a personas LGTB, que sufrieron represión por su condición sexual durante el franquismo, no se ubicara frente a la Sagrada Familia.
¿Cómo conseguirá tragarse estas humillaciones el portavoz de la Plataforma de Gays y Lesbianas del PP, Javier Gómez?, saber que tu partido se hace pasar por un defensor de los derechos gays para atacar al Ayuntamiento de Barcelona por estar hermanado con un país comunista no es muy gratificante.