El amor entre Gilgamesh y Enkidu es el romance homosexual más antiguo que conocemos. Tras varios milenios oculta en las ruinas del palacio del rey asirio Ashurbanipal en Nínive, en 1927 fueron rescatadas 12 tablillas de barro que recogen la epopeya del héroe sumerio y su amigo Enkidu, un salvaje de las tierras altas.
Gilgamesh era el rey más bello de la ribera del Eúfrates, después del diluvio universal. Pero su tiranía provocó la ira del dios Anu, que envió al salvaje Enkidu, un hombre nacido del barro por deseo de la diosa Araru, para controlarlo.
El bello rey y el potente salvaje pelearon cuerpo a cuerpo, hasta que Gilgamesh venció y perdonó la vida a su adversario, que en agradecimiento le juró amistad eterna. Pero la diosa Ishtar se enamora del rey Gilgamesh, pero es repudiada por este para vivir junto al salvaje Enkidu.
Mediante un sueño los dioses anuncian a Enkidu su muerte. Gilgamesh, herido de dolor, organiza en su honor grandes funerales y le dedica una de las más hermosas elegías de la Historia. Al final, ambos se reencuentran gracias a los dioses, que conocen el amor entre ambos, y Enkidu narra al rey su estancia en el mundo de ultratumba, sellando sus almas para siempre.