En primer lugar desearos feliz año a todos.
Este año, como el pasado y previsiblemente muchos de los que vengan sigue imperando el «yugo del músculo», esto es, en el ámbito gay, si no tienes músculos eres el lumpen.
Yo no estoy de acuerdo con este planteamiento, como tampoco con las guerras en el mundo, pero ahí están. Quizás mi opinión esté condicionada por mi grasa abdominal (antes de que alguien lo apunte, ya lo hago yo). El caso es que por desgracia de nada vale ser encantador, tener carrera, vestir bien o incluso tener dinero. Hoy lo que prima son los bíceps, tríceps, pectorales, glúteos…y sobre todo el recto abdominal.
Hay decenas de situaciones en las que un chico gordito, aunque sea un encanto, es despreciado por la «élite musculosa», que si encima han cultivado mínimamente su mente, ya se convierten en semidioses. Quiero pensar que el desprecio hacia los chicos con físicos menos favorecidos se debe a que piensan que somos víctimas de la pereza, de no hacer deporte.
Cuando vas por la playa con tu bañador tipo Meyba y la barriguita te sobresale, digamos que estamos en Cabo Pino (Málaga), en El Rebollo (Alicante) o en Calblanque (Murcia), siempre hay un grupo de chicos musculados que te miran de arriba a abajo y ponen cara de haber visto un saco de estiercol andante…
Cuando sales de noche y miras a un chico con buen físico, algunos te vuelven la cara a una velocidad que no se parten el cuello porque tienen el esternocleidomastoideo hipertrofiado…, esto es fácil de observar en discotecas como Boite, Cool… que no tienen ninguna culpa de atraer a algunos de estos puristas del físico.
Hagamos lo posible por no valorar a la gente por su físico, y si para alguien el nivel de hipertrofia muscular es un criterio para relacionarse, al menos que no se note su desprecio.