Esta vez la Germanotta se ha superado, este vídeoclip es el paradigma de la creatividad y el buen humor. Además, la participación de Beyoncé pone un broche de ébano a esta despliegue de medios.
Aún no he averiguado de quién son los zapatos que luce la presa del espejito…pero la estampa de Gaga con ese vestido de presidiaria con megahombrera ochentera, custodiada por dos funcionarias de prisiones salidas de la lucha libre y con más testosterona que la mitad de los chulos de cartón piedra que vemos cada noche por ahí, no tiene precio.
Pero conforme el videoclip avanza, nos sorprende con unas gafas de cigarrillos humeantes, que ni los bustier de Thalía en sus mejores tiempos, y ya el peinado en el que usa latas de Coca-Cola Light como bigudíes, combinadas con unas gafas Chanel…cortan la respiración. ¿Se puede ser más trasgresora?, pues si, segundos antes se besa con la presidiaria más lesbiana al oeste del Pecos.
Pero yo me rindo a los pies del diseñador del anillo con la calavera de Mickey Mouse que luce Lady Gaga al coger el teléfono.
Beyoncé hace su aparición como una pantera con peinado de pin-up…maravillosa. Mención especial merece la marica del Dinner, sentado detrás del chico negro envenenado, con su pelo amoniacado y sus botines beiges. Pero lo más es el «flequillo-teléfono» de la Germanotta sirviendo las mesas.
Este espectáculo se remata con un cuerpo de baile surtido de bailarines gays con más pluma que un zorzal y una capa de maquillaje que ni Barbara Cartland. ¡Me encanta!