La Catedral de la Sé, en la plaza del mismo nombre destaca entre los rascacielos de la avenida Paulista, en pleno centro histórico, tiene una capacidad para más de 8000 personas. Destacan las vidrieras en la que está representada la mayoría de la flora tropical.
Se puede visitar de manera gratuita todos los días, la estación de metro de la Sé es la más cercana.
El Monasterio de Sao Bento, en el largo de Sao Bento, data de 1600, según se cree, en el monasterio original es donde se empezó a construir la ciudad.
Es uno de los lugares de la ciudad que se deben visitar, en él se celebran conciertos de música clásica y en su basílica los monjes interpretan cantos gregorianos. La estación de metro, la de Sao Bento.
El Memorial do Inmigrante, o Museo de la Inmigración, se encuentra un poco a las afueras de la ciudad, se puede visitar todos los días y el él veremos todo lo que ha supuesto la inmigración para Brasil.
El Edificio Altino Arantes, en la Rua Joao Bricola, es el más alto de la ciudad, inspirado en el Empire State Building de Nueva York, tiene una terraza desde la que la vista de toda la ciudad es impresionante, se puede entrar simplemente presentando un documento de identidad o pasaporte actuales.
Parque de Ibirapuera, está considerado como el pulmón verde de la ciudad, es enorme y es donde los habitantes de la ciudad acuden a pasear, hacer deporte y relajarse, dentro de le parque hay varios museos, salas de exposiciones, locales de arte y el planetario diseñado por Oscar Meyer. Restaurantes de todo tipo y también la posibilidad de dar un paseo en barca por uno de sus lagos.