Hoy ha saltado a los medios informativos una gran noticia, o por lo menos una noticia esperanzadora.
Un grupo de científicos catalanes ha descubierto la molécula que permite entrar al virus del SIDA en las células dendríticas y que hace que se propague por el sistema inmunitario.
Esto puede ser un gran avance en la investigación para la lucha contra la pandemia que lleva varias décadas azotando el planeta, y contra la que afortunadamente se han logrado grandes avances, pero hasta ahora, y esperemos que ésta si sea la definitiva, nunca se había conseguido la llave que permita encontrar una solución para su erradicación y para poder obtener una vacuna.
Dicen que, como siempre, la consecución de un resultado positivo y el posible medicamento que de al traste con el virus, tardará unos 10 años, cifra mítica en cuanto hablamos de procesos de investigación científica, ya que todo como mínimo tarda diez años.
Otra de las cosas que no llego a entender es como, en un país en el que la calidad y labor de los investigadores, salta a la vista ante los resultados, una de las medidas que tomen los políticos ante la crisis, sea precisamente cortar las aportaciones a la investigación.
Tendría que ser todo lo contrario dada la magnitud del descubrimiento y de muchos otros que frecuentemente se producen, y se debería apoyar sin límite a los investigadores de éste país.
Sería increible y muy positivo que se nos conociera en el resto del mundo por los resultados de nuestras investigaciones, por nuestros descubrimientos científicos y no por el flamenco y la bata de cola, por la pandereta y el aiaiaiaiaiaiaiaiaiai, o por los drásticos cambios de color político en el Gobierno, cosa, que fuera de nuestras fronteras nadie llega a comprender.