No todos los gabachos llevan boina, una baguette en la mano y el Vogue bajo el brazo. El Constitucional francés es menos bohemio, ha sentenciado que definir matrimonio como unión entre hombre y mujer no atenta contra el Principio de Igualdad, advierte que la actual legislación no prohíbe casarse a las parejas del mismo sexo, y que el Legislador (Parlamento) es libre para establecer diferencias entre parejas homosexuales y heterosexuales. Esto da un poco de miedo…
Una pareja de lesbianas había denunciado que era inconstitucional que el Código Civil francés defina matrimonio como “unión entre hombre y mujer”. Las alternativas que ofrece el Constitucional francés son constituir una pareja de hecho o vivir en “concubinato”, término que el alto tribunal debería revisar, ya que se trata de un término de Derecho Canónico que no viene al caso, pues las uniones heterosexuales civiles también son concubinato a los ojos de la iglesia católica.
Caroline Mecary, letrada de la Asociación de Padres Gays y Lesbianas, ha declarado, “han dejado escapar una ocasión histórica de acabar con una discriminación que sufren tres millones de homosexuales franceses que no pueden casarse”.
El país de la “Liberté, égalité, fraternité” se ha escorado a la derecha…