Son ya seis los Estados Federados que han aprobado la legalidad del matrimonio gay: Iowa, Massachusetts, Connecticut, Vermont, New Hampshire y ahora, Nueva York. Se lo debemos al gobernador Andrew Cuomo, que llevó al parlamento newyorkino el sentimiento de los más de 19 millones de habitantes de su estado.
Sumando la población de todos los Estados que han legalizado el matrimonio gay, se puede afirmar que unos 35 millones de personas tienen este derecho civil reconocido, pero con ciertas matizaciones respecto a España, pues no pueden adoptar como matrimonio y la validez de su unión se circunscribe a su Estado.
Como siempre, los homófobos presentaron una demanda ante el Tribunal Supremo del condado de Livingstone pocas horas después de que el estado de Nueva York comenzase a celebrar bodas gays. Son como el Partido Popular en España, que mantiene su Recurso de Inconstitucionalidad contra la Ley de Matrimonio Homosexual. En el caso americano, los cabecillas homófobos son dos “reverendos”, no sabemos de que secta, serán de estas que se estilan allí: presbiterianos, baptistas, adventistas…¡uf, qué pereza!; También el rabino Nathaniel Leiter y la organización New Yorkers for Constitutional Freedoms.
La propuesta al Congreso de los grupos más retrógrados de EEUU para reformar la Constitución y dejar por escrito que el matrimonio es “la unión exclusiva y excluyente entre un hombre y una mujer” ha sido votada en 3 ocasiones y por suerte ha fracasado en todas. Bush apoyó esta propuesta, cuando debería pensar en los miles de personas que murieron por los intereses de sus petroleras.