La Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (ILGA) ha recuperado su puesto como órgano consultivo del ECOSOC (Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas) con el apoyo de 30 países.
Este estatus permite a ILGA acudir a los actos oficiales de la ONU, avisar de sucesos discriminatorios contra gays y lesbianas en el mundo y hacer intervenciones orales en las juntas del ECOSOC.
La Asociación Internacional de Lesbianas y Gays llevaba a cabo esta labor desde 1993, pero grupos de extrema derecha del ECOSOC acusaron a ILGA de apoyar el abuso infantil y provocaron su expulsión.
Demostrada la falsedad de las acusaciones, 30 países de la talla democrática de España, Suiza, Japón, Reino Unido, Estados Unidos, Bélgica, Francia o Alemania, han votado a favor de la restauración de ILGA en la ONU.
Los 13 países que han votado en contra del ILGA, consideran, en su mayoría, la homosexualidad un delito penado hasta con la muerte y conceden a la mujer el estatus jurídico de un perro, a saber: Irak, Marruecos, Namibia, Pakistán, Catar, Rusia, Arabia Saudí, Senegal, Bangladesh, Camerún, China, Egipto y Ghana.
Conocer que hay órganos internacionales que velan por nuestros Derechos LGTB, en los tiempos que corren, con las derechas liberales alzadas en la carroña de la crisis económica, es una tranquilidad.