Los chicos del coro del instituto «William McKinley», donde transcurre esta serie, no son modelos de popularidad precisamente. Su profesor de español, interpretado por Matthew Morrison, le ofrece fundar el «Glee Club». Para guiar a este extraño grupo aparece un cachas deportista, el actor Cory Monteith, que lo mismo da una patada a un balón, que canta como Farinelli…esto promete.
Uno de los personajes echa abajo nuestra fantasía de deportista sudoroso y cantante, su novia, interpretada por Dianna Agron. Ella y su novio convencen a sus amigos para que ingresen en el «Glee Club». Este instituto americano idílico abandera máximas anglosajonas, como «querer es poder», «esfuérzate y lo conseguirás»…También lleva al extremo los tópicos gays, pero tamizados por la lacra puritana que ha convertido a la saciedad norteamericana en pacata y hortera.
Este novelón viene aliñado con coreografías manidas y música de Rihanna, Madonna y Liza Minelli, entre otras. Esta ambientación sirve al personaje gay para repartir pluma sin piedad. Se llama Kurt, un chico de 19 años, soprano y acosado por los chulos del instituto (que aproveche, porque no se volverá a ver en otra igual). A Chris Colfer no le ha costado mucho meterse en el papel, ya que en la vida real también es gay.
Ya se han emitido trece capítulos, que llegarán primero a Fox, y después a Antena3. Y viene abalada por cuatro nominaciones a los Globos de Oro y un People’s Choice Awards.